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Desde 1890

"Predicar la Verdad y portar la Luz de Cristo"

Congregación de Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción

La Congregación nace en la ciudad de Tolosa (Francia), fundada por Madre Hedwige Portalet, el 3 de octubre de 1869. El 8 de diciembre de 1884 fue afiliada a la Orden de Predicadores gracias a la intervención del Beato Jacinto María Cormier, nuestro cofundador. Nuestro Carisma: Predicar la Verdad y portar la luz de Cristo.

El sueño de Madre Hedwige Portalet se hizo realidad. “Crezcan, hermanas, crezcan…Que sus ramas cobijen muchas vidas sin olvidar que son semilla pequeña...” Dios ha permitido la expansión y multiplicación de su obra.

​En el año 1889 llegan al Ecuador 5 hermanas francesas  para continuar la obra iniciada por Madre Hedwige  Portalet, se hacen cargo del Leprocomio “Mariano  Estrella”, para servir a los enfermos de lepra, siendo  testigos del Evangelio del amor, en la entrega,  compromiso y amor por sus hermanos. Luego abrirán  una Escuela para niñas pobres, dando inicio a una  extensa misión en el campo de la educación en  diferentes provincias del Ecuador.

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Línea de tiempo

La Unidad Educativa Particular Rosa de Jesús Cordero es una Institución Dominica de inspiración católica, que desarrolla su propuesta educativa y pastoral, siguiendo los lineamientos de la misión de la escuela católica y las Constituciones de la Congregación de Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción.

 

En nuestra institución educativa convergen el pasado y el futuro, pues se oferta una educación de calidad adaptada a los nuevos tiempos y necesidades de la sociedad nacional e internacional, sin perder el horizonte de los principios éticos básicos de ser humano como son los valores, logrando así un crecimiento integral dentro y fuera del aula, que despierte, en las estudiantes,  su capacidad de indagación, que sean capaces de desenvolverse con autonomía, utilizando una serie de habilidades para la vida.

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1889

Las Hermanas Dominicas de la Inmaculada Concepción llegaron a la ciudad de Cuenca, desde alli iniciaron su actividad de servicio en una obra de incalculable sacrificio y dolor con los enfermos de lepra, en la hondonada de Cullca.

1890

En octubre da inicio esta Institución conocida en Cuenca como “Las Catalinas”. Tiene su origen con el nombre de Colegio Santísimo Rosario. Más tarde, abrió sus puertas también a niños, creando el “Asilo de los Ángeles”.

1942

Ante la necesidad de otorgar a la juventud femenina de Cuenca de un Colegio de Enseñanza Secundaria, la Madre María de Santo Tomás Alvarado, solicita la autorización para abrir el Colegio “Rosa de Jesús Cordero”, que se constituirá en el primer Centro femenino de educación media en la ciudad de Cuenca.

1988

En búsqueda de mejor nuestros espacios y dar mayor calidad y comodidad, la institución se traslada a Ricaurte, iniciando así un nuevo capítulo en esta historia con la colocación de la Primera Piedra. Pero es hasta el 2008 que tanto personal docente y administrativo llegan a todo el campus.

2016

Ante el constante progreso de la sociedad desde este año se implemente el Programa Diploma del Bachillerato Internacional. Así, los estándares educativos y la pedagogía de la enseñanza va de la mano con el mundo tan cambiante y evolutivo.

Nuestras ex alumnas

Nuestras ex alumnas, han sido pilares fundamentales en la historia de nuestro colegio. A lo largo de los años, han tejido un legado que trasciende las paredes de nuestra institución, convirtiéndose en ejemplos de compromiso, excelencia y amor por su fe. Cada una de ellas ha llevado consigo los valores y enseñanzas que aquí recibieron, convirtiéndose en agentes de cambio en sus comunidades y el mundo. Sus logros, sus historias y su dedicación han contribuido no solo a la grandeza de nuestra tradición, sino también al prestigio que hoy disfrutamos. Han dejado una huella imborrable en la sociedad, demostrando que la educación que recibieron fue el cimiento sobre el cual construyeron sus sueños.

Es un orgullo ver cómo nuestras ex alumnas se destacan en diversas áreas, desde la educación y la medicina, hasta el arte y la ciencia. Cada uno de sus éxitos es un testimonio de que la formación integral que brindamos en nuestro colegio va más allá del aula; es una invitación a soñar, a luchar y a nunca rendirse.

Agradecemos a cada una de ellas por haber llevado el nombre de nuestro colegio con dignidad y pasión. Su legado continúa inspirando a las nuevas generaciones, quienes ven en ellas no solo a ex alumnas, sino a faros de esperanza y modelos a seguir.

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